Proyecto de reforma y ampliación de una pequeña taberna en el barrio del Cabanyal, Valencia.

El proyecto se centra en la conexión del espacio existente y el nuevo local, ubicado en el bajo colindante. La imposibilidad de derribar el muro que los separa, en el que solo se permite la apertura de un pequeño paso, convierte a este elemento, en el nexo de unión de los dos espacios.

Mediante el uso de espejos, generamos la prolongación de ambos espacios, creando una falsa sensación de continuidad de los mismos, aunque a su vez real, ya que se conectan a través de una pequeña puerta.

El muro que los une y los separa, se engrosa albergando una gran vinoteca, que nos impulsa al uso del color burdeos para los revestimientos de ambas salas, pero en paramentos contrarios. Lo que en un mundo irreal, invadiría todo el espacio de esta tonalidad.

El pavimento verde, que nace del azulejo de la barra original, actúa también como elemento de conexión de ambos espacios.

Por último, el nuevo local, aparece como reflejo del primero, imitando su forjado abovedado, en forma de una gran lámpara diseñada ex profeso por el estudio, y construida por un artista fallero.